UNA CATA VIVIDA DESDE DENTRO

Impresión de un asistente a la cata y amante del mundo del vino.

Cata con Amigos

La pasada noche, tuvo lugar en el Hotel Acosta Centro de Almendralejo el ansiado retorno de las catas que fueron suspendidas por las circunstancias que nos ha tocado vivir. Tengo que manifestar que me sorprendió gratamente el gran número de asistentes (su director José Manuel Acosta, me comentó que habían tenido que restringir la asistencia por la normativa vigente), que corrobora la gran afición que nuestra sociedad tiene por degustar un vino de calidad como ha sido el caso.

Para esta nueva “rentreé”, optaron por una bodega consolidada, pero que lejos de ser una más de las múltiples que jalonan Tierra de Barros, Bodegas Orán & Occidente busca la exclusividad del vino del “terroir”. Su éxito radica en haber sabido adaptar las variedades de vides con las que elaboran sus cortas, pero excelentes cosechas al suelo donde poseen sus plantaciones, de aquí que mimen sus caldos antes de llegar a la bodega.

Comenzó la cata con una degustación del exitoso nuevo vino Sweet Caroline,  con sus aromas a piña y manzana y goloso y fresco a la vez. Lo dice todo, es un vino para disfrutar de él.

Esperaba en la cata un vino de los que ha dado fama a la bodega, pero para mi sorpresa esta noche no había sobre la mesa un Flor de Señorío de Orán. Me sorprendió, pero a la vista de los caldos que degustamos, José Ortiz y Paco García son expertos en sacar lo mejor de su bodega para deleite de los asistentes.

Acompañando a la cata, el hotel  modifico la carta otorgando una parte de la misma a la cocina italiana.

El primer vino Pétalos Roble, un vino potente, pero suave y sedoso a la vez, con unas notas que recuerdan a mandarina y aromas a eucalipto, sin olvidar el chocolate negro y a madera  donde ha pasado su tiempo en crianza. Lo catamos con cozze al vapor al vino bianco aglio e salsa di pomodorini (lo traduciré para saber de que hablamos: mejillones al vapor con una salsa que no se puede dejar en el plato, por su exquisitez), hay que dejarse de convencionalismos y pedir extra de pan para mojar en la salsa.

El segundo vino que catamos fue Buche vino de finca Valle del Raposo, del cual no hace falta presentación, solo comentar su olor potente que se intensifica a medida que se oxigena en copa  y nos ofrece sus matices a canela, café, aromas de vainilla y toffe, además del recuerdo de su paso por las barricas de roble americano y francés. Lo degustamos con torre di parmiggiana con mozzarella e basilico (torre de berenjenas con dos quesos), es para probarlo por que la fusión de las dos variedades de queso le dan un sabor especial.

Para finalizar “UN PELOTAZO”, Gran Buche vino de finca Valle del Raposo, lo mejor de lo mejor de la bodega (debo confesar que ya tuve el privilegio de degustarlo con unas semanas de antelación), un vino  con 8 años de guarda y que solo se lo pueden permitir contadas bodegas y profesionales que viven para conseguir la excelencia de sus vinos, Un vino con potencia en boca, sedoso a la vez y con recuerdos de brandi. “TODO UN LUJO” para las papilas gustativas. Se acompañó con lasagna artesana italiana con boglionesa.

Cata para no olvidar y repetir, ya que con vinos de este nivel, estoy seguro que tanto Paco, José y Eva (desde su oficina), pueden ofrecer con la seguridad que da la calidad y el trabajo hecho con ilusión y amor a sus productos.

 

Muchas gracias F. M.

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